Descansó en la Paz del Señor, en San Sebastián, el día 9 de marzo, confortada con el último Sacramento.
“Ahora que navego por la laguna Estigia, recorreré el bosque de cipreses, me detendré junto a los dos de la entrada, observaré las aguas que llenan mi memoria, el cerezo, el árbol del amor, los chopos … Y llegaré a la cima más alta donde me esperas.
¡Ahora veo la luz, por fín VEO!
¡GRACIAS, gracias! Eskerrik asko guztioi!”
Su familia agradece a la Fundación Zorroaga el trato recibido.