Carlos Felipe Marquina aterrizó a principios de los 80 en Murcia, con un disco de oro de Ariola en la maleta. Fue el representante más destacado de esa mítica compañía discográfica desde que supo anticipar el gran éxito de ‘Tubular Bells’. Apostó como ninguno y fue el que más discos vendió de Mike Oldfield. Dejaba atrás Madrid, su tienda de discos Bangladesh y un sinfín de experiencias con artistas que arrancaban o consolidaban sus carreras profesionales como Camilo Sesto, al que asistió varias veces en Madrid y Alcoy.
En la tierra de su mujer, Murcia, este andaluz de Jaén montó otra tienda de discos enfrente del jardín de Floridablanca, justo donde paraban los autobuses de Alcantarilla y El Palmar. En muy poco tiempo, su grandioso talento lo llevaría a posicionarse como referente y punto de encuentro de las más importantes discotecas, pubs, cafeterías y locales no solo de Murcia. También llegaban buscando discos de importación clientes de otras provincias como Albacete, Almería y Alicante. Su oído musical era único para reconocer y anticipar los éxitos del momento.
La pequeña tienda abastecía de los vinilos más deseados por los DJs de los años 80 y 90. Era la primera tienda de música en Murcia con cabinas individuales para escuchar los discos. Sus numerosos clientes, esos jovencitos pinchadiscos y dueños de bares, empezaron a llamarle desde muy pronto el ‘Joaquín Luqui murciano’ por su razonable parecido con el mítico locutor radiofónico.
Con una gran visión comercial invertía en campañas de comunicación en la radio de aquellos años, los 40 Principales, Radio Luz… Míticos locales y discotecas pasaron por la calle Proclamación número 7 del murciano barrio del Carmen, un barrio que en aquella época estaba en su máximo esplendor. Entre sus clientes habituales se encontraban establecimentos tan reconocidosc como la discoteca La Carroza, SuperChuys (Alcantarilla), Barbus, Mundo, Titos, Kius (Archena), Metropol, Thamesis (Alicante), Class (Cieza), La Dama (Cartagena), El Pelotazo, Lidos, Teatro Cine Lope de Vega (Mula), Bugatti, JB, Hemeros y muchos más. Pero no solo era conocida su tienda por los discos de importación. También por tener un fondo de armario único, grandes joyas musicales que en ninguna otra tienda se podrían encontrar.
La globalización, el apogeo de los grandes centros comerciales y los nuevos formatos digitales fueron desplazando esos formatos de antaño, desde los vinilos a las cassettes pasando por los compact disc (CD). En verano de 2020, Carlos Felipe Marquina participó en el programa especial de Onda Regional de Murcia dedicado a La Carroza, uno de sus principales clientes, donde volvió a dejar negro sobre blanco su testimonio, conocimiento y sabiduría.
Pero, por encima de su icónico negocio ochentero, donde abundaban auténticos comercios de barrio, sagrados, valorados y queridos, Carlos Felipe Marquina, ha sido un hombre recordado y admirado por ser una persona excepcional. Un hombre de mundo adelantado a su época. ¿Quién no ha vivido todos estos años sin tener un disco de Hamelín? ¡Carlos, Gracias! Gracias por poner música a nuestras vidas. Ahora nos toca dedicarte una de tus canciones favoritas, esa que tantas veces le ponías a tu mujer, ‘Y ahora…’ de Joaquín Sabina. Va por ti.
Ahora que no te escribo
Cuando me voy
Ahora que estoy más vivo
De lo que estoy
Ahora que nada es urgente
Que todo es presente
Que hay pan para hoy
Ahora que no te pido
Lo que me das
Ahora que no me mido
Con los demás
Ahora que, todos los cuentos
Parecen el cuento
De nunca empezar…
El viernes 25 de febrero (19.00 horas) se oficiará una misa en su honor en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en Murcia.
