Dora, seguiremos saliendo a ganar
JOAQUÍN MARTÍNEZ SALMERÓN
Hace apenas una semana, cuando un compañero me comunicaba que habíamos perdido a nuestra querida Adoración Salmerón, nuestra Dora, llegaron a mí un sinfín de recuerdos y de instantáneas con el presidente Pedro Sánchez y con Rodríguez Zapatero, de actividades y reuniones. Sobre todo, sus conversaciones, esos raticos que siempre daban en la tecla, con sus reflexiones directas, sin artificios, tan trabajadas como sus manos sencillas y rotundas, como esa mirada que sembraba la alegría y el cariño, dejando una huella tan genuina por donde pasaba: obrera, protectora y que miraba siempre hacia delante.
Porque Dora, a pesar de los embates de la vida, siempre ha estado cerca, abanderando esa lucha militante, discreta y eficaz, tan necesaria para seguir transformando la realidad y sus desafíos. Sufrió las penurias de la dictadura y explicaba, con una pedagogía magistral, cómo la llegada al Gobierno de Felipe González transformó su vida y trajo la alegría a las calles de su barrio. Testigo vital del primer gobierno del PSOE en Cieza, presidido por Juan Antonio Martínez-Real y los últimos meses de Antonio Abellán, alentando los gobiernos municipales de Ramón Ortiz, Francisco Escribano, el de nuestro añorado Paco Martínez Rojas. También con Pascual Lucas, a pesar de las dificultades de la edad, Dora siempre estuvo ahí, más cerca si cabe.
Trabajadora en silencio, como otras tantas ciezanas que la historia trató de invisibilizar. Dora simbolizaba, para nuestra generación, los grandes avances y la prueba real y palpable de la capacidad de transformación de las políticas públicas que modernizaron Cieza y el resto del país: los grandes avances en derechos civiles, en igualdad de género, educación y en cobertura sanitaria. Todas aquellas banderas que nuestro partido ha ondeado con orgullo y la más alta de las dignidades.
Dora recordaba que todos los grandes cambios y las soluciones «de los grandes asuntos de la vida» han venido de la mano de los diferentes gobiernos socialistas y que ella era, siempre, una prueba de ello. Es por eso que un compañero me comentaba «que solo el PSOE puede tener a gente como ella, que siente el socialismo hasta el tuétano, porque es un proyecto con el que puede explicar su vida».
Dora siempre estuvo ahí, ‘a la chita callando’, para recordarnos lo verdaderamente importante. Toda una vida de entrega y lucha que no termina aquí, porque su legado cercano e hilvanado por esa ternura ciezana inimitable, nos servirán de guía. En nombre de toda la familia socialista, gracias, de corazón. Seguiremos saliendo a ganar, como tú nos enseñaste.
