Otras localidades, 18 de abril de 2024
Eterno como la amistad
CECILIO HERNÁNDEZ RUBIRA
La tarde de una incipiente primavera con ráfagas de verano ha invitado a partir en su último viaje a mi amigo Jesualdo Molina Ramos. No quiso estorbar ni para morir. Su lema siempre fue estar en segundo plano, no molestar, ser prudente y eso que atesoraba una gran inteligencia, envuelta en una generosidad sin límites.
Hoy, las calles de Blanca se llenarán de silencio cuando la noche transite por sus huertos y las primeras frutas tratarán de madurar con el fin de endulzar su partida. A mí me relame la tristeza cuando recuerdo tantos momentos vividos, su paciencia, su sabiduría, nunca exhibida, su disponibilidad de amigo a todas horas, dejan este enorme vacío, tan grande como el valle de su pueblo, un llanto, como el río que lo cruza. Atrás queda la última fórmula matemática de variable compleja que decidió estudiar en la facultad de Exactas. Amigo Jesualdo, acabo de componer el más sentido endecasílabo con tu partida. Un abrazo sin tiempo, eterno como tu amistad.
