El amor a la familia y al trabajo
J. YELO
Una neumonía acabó con la vida de Jesús Gómez Carrillo (Abarán, 1930), tras 93 años marcados por el enorme amor a su familia y a su trabajo. Casado con Pilar Gómez Pérez en la iglesia de San Pablo el 24 de abril de 1966, la pérdida de su esposa el 7 de septiembre de 2002 supuso un auténtico mazazo para este padre de familia, que deja cinco hijos y cinco nietos. En su entierro, el sacerdote Miguel Ángel Saorín, en una emotiva homilía, elogió los valores cristianos de Jesús Gómez, cuyos restos mortales fueron incinerados.
En compañía de su socio inseparable, Martin López Martínez, fallecido en febrero de 2021, fundó la joyería Jesymar, toda una referencia empresarial y familiar en la localidad, pues los hijos de ambos, Elena, hija de Martín, y David, hijo de Jesús, cogieron el relevo generacional hace 37 y 26 años, respectivamente. La relojería-joyería tiene una antiguedad de 64 años. Primero estuvo ubicada en un bajo de la calle Ramón y Cajal, después en la calle Doctor Molina, tan solo dos años, y desde el 4 de octubre de 1964, fecha de su inauguración, se encuentra situada en la calle San Damián. Jesús fue un extraordinario mecánico en la empresa.
Además, Jesús Gómez formó parte de la historia de la Unión Deportiva Frutera, equipo fundado en 1956 y que participó en el campeonato regional de aficionados durante dos temporadas. En la primera, hizo de secretario-tesorero, gestor, utillero, entrenador y preparador físico. Uno de sus amigos y componente de aquel equipo de fútbol, Roque Lozano, le recordaba ayer como «una persona extraordinaria, nos daba consejos, no se enfadaba con nadie y le llegamos a llamar el Helenio Herrera de la época». Y en la segunda, con Francisco Sánchez Gil como presidente y Paco Belló como entrenador, ascendió a Primera Regional. En la faceta familiar, fue un padre ejemplar y buen marido que se desvivió por sus hijos, por los que sentía verdadero amor y cariño. Persona muy querida y conocida en el municipio, fue un hombre bueno y generoso y la mayoría de vecinos guarda muy buenos recuerdos de él. Descansa en paz.